Hace un tiempo planteamos los ravioli como tapa para hacerla más atrevida. En este artículo, ofrecemos otras recetas sugestivas lejos de aplicaciones más tradicionales.
Sin embargo, de camino, queremos describir brevemente dónde reside la diferencia de nuestro ravioli respecto a otros del mercado.
El ravioli de Sandro Desii se diferencia en gran parte, porque es un bocado elaborado con sémola italiana de grano de trigo duro. Hablamos de la masa, que da forma a su exterior y envuelve el relleno. La sémola italiana que, en nuestro caso, tiene una granulometría determinada, es un ingrediente muy valioso porque da una textura y consistencia al ravioli incomparable; se aleja de una textura gelatinosa y extremadamente flexible del resto de pastas rellenas fabricadas con harinas.
Obviamente el relleno también es protagonista. Para que sorprenda, la receta con sus ingredientes correspondientes deben estar rigurosamente seleccionados y equilibrados en su mezcla para que a su vez, el conjunto final sea esa pieza perfecta para nuestro paladar.
Una vez conocido el ravioli, nos atrevemos a dar varias ideas para cocinarlas con cierta originalidad:
El Ravioli de Pato asado con peras, es muy fácil de combinar con recetas asiáticas, ya sea a base de caldos de verduras o salsas tipo satay y, en el caso de cocerlos al vapor, al estilo gyoza, se pueden acompañar de salsa Hoisin.
El Ravioli de carne de cocido lo conocemos de sobras, servidos con todo tipo de salsas, ¿por qué no hervidos con un caldo de ternera o de ave? Incluso a modo de puchero? Es decir, un plato de cuchara y no de tenedor.
Rescatamos el Ravioli de ricotta romana y grana padano con una receta hervidos previamente y salteados con una salsa ligera de boniato, piñones y ciruelas confitadas.
¡Un ravioli es una delicadeza que sorprende desde el interior pero también debe ser excelente en su exterior!