Existe una infinidad de formas de pasta y, si no tienes muy buena memoria, puede que te hagas un lío entre tanto nombre. Por eso hoy hacemos un breve repaso de los tipos de pasta larga y pasta corta más comunes.
Pasta larga
Spaghetti: forma delgada de cuerda larga y cilíndrica de unos 25-30 cm de largo.
Tagliatelle: cintas alargadas de ancho pequeño. Provienen de la palabra italiana “tagliare” (cortar) ya que para elaborarla la pasta se estira y se corta. En castellano se conocen como ‘tallarines’.
Pappardelle: al igual que los tagliatelle, son cintas alargadas, pero de mayor tamaño (unos 13 mm de ancho).
Pasta corta
Penne: tubos cortos que pueden tener la superficie externa lisa o estriada. Sus terminaciones están cortadas en ángulos de 45º. En castellano muchas veces los encontrarás como ‘plumas’.
Rigatoni: tubos cortos, de unos 3-4 cm de largo, con estrías en la superficie exterior. Son más anchos que los penne y sus terminaciones están cortadas a 90º.
Fusilli: tiene forma helicoidal y mide unos 4 cm de largo. En castellano puedes encontrarlos como ‘espirales’ o ‘tirabuzones’.
Lumaconi: pasta con forma similar a la de un caracol que permite ser rellenada. Son muy similares a los ‘galets’ catalanes.
En Sandro Desii nos gustan los clásicos pero también apostamos por otras formas innovadoras como las angulas de trigo, que son spaghetti cortos amasados con huevo y tinta de calamar, que puedes cocinar a modo de fideuà.
La forma de la pasta puede darte pistas para crear recetas originales, que vayan más allá de añadirle una salsa.