Si vuelvo la vista atrás, cierta nostalgia me inunda, sin embargo, respiro profundamente y mi presente me conmueve todavía más, siendo consciente o no, que nuestra empresa cumple 50 años y me atrevo a reconocer que me enorgullece y aún más sabiendo que, mantengo la voluntad de seguir siendo imperfecto.
Cumplir medio siglo haciendo lo que a uno más le gusta es maravilloso… Si me remonto a los inicios, procurar establecer la cultura del helado artesano se convirtió en un reto. En los 80, con el helado de gambas o de Roquefort intentamos sorprender a los sentidos, abriendo otra perspectiva gastronómica del producto “helado”,… ahí ya queríamos ser diferentes.
Mientras la pasta parecía estar dormida, relegada a pocos que apreciaban su proceso artesano y su calidad,… también queríamos ir más allá… Nos convertimos en abanderados de los procesos lentos, defensores de los antiguos sistemas de secado a baja temperatura y exploradores de otros horizontes, mezclando sabores del mar y de la montaña. Así nacieron las Angulas de trigo…seguíamos con nuestras arriesgadas intenciones de innovar siempre partiendo del Made in Italy para adentrarnos en un terreno inédito o inexplorado.
En 1997, Sandro Desii cambió de piel, se transformó… la calidad del producto le faltaba un nuevo vestido y más personalidad. Así nuestra marca, empezó a respirar colores, sabores, texturas y pasión para posicionarse en los auténticos valores que imaginamos para nuestro futuro.
Más reciente, la importación de la sémola de trigo duro desde el sur de Italia; el perfeccionamiento diario de las recetas del helado; la tecnología justa y necesaria para respetar el valor de la “mano”; las ideas gastronómicas que transforman un ravioli en un snack con rellenos impensables; el helado con base de aceite de oliva virgen extra … Son los ejes de la rueda que no para, quizás la de la máquina del tiempo, que no sólo está “pensando en el pasado para acordarse del futuro”, sino que es la inercia de la curiosidad y la pasión al fabricar la que nos empuja como fuente de inspiración para nuestra próxima generación.
Personalmente, siendo consciente de la buena herencia, prefiero proyectar junto a mi equipo y seguir disfrutando de otros 50 años creando, porque al final es nuestra razón de ser.
Nuestro más sincero deseo para estas Fiestas es contagiar ese espíritu de explorador para provocar curiosidad y así aprender cada día como si fuera el primero.
Felices Fiestas
Sandro Desii